sábado, 2 de mayo de 2009

Ulises y las Sirenas

Ulises y las Sirenas es una de las muchas aventuras que Homero nos cuenta en su obra: La Odisea.
La historia comienza cuando Ulises, después de haber luchado en la guerra de Troya, que había durado muchos años, volvía con su esposa Penélope y con su hijo, Telémaco. Viajaba en un barco con sus compañeros, que le ayudaban en su travesía. Resultó que Troya, la ciudad a la que habían derrotado, estaba protegida por Poseidón, dios del mar, que les hizo el viaje difícil y peligroso, mandándoles tormentas y monstruos.



Una de las islas por la que tendrían que pasar era la Isla de las Sirenas, una isla rodeada de barcos en ruinas y cadáveres...En aquella isla vivían unas Sirenas que, con sus cantos, hechizaban a los marineros que pasaban con sus barcos para llevarlos a su isla y matarlos. Las sirenas mitológicas de la antigua Grecia no eran consideradas como ahora ( de cintura para arriba mujer y de cintura para abajo, pez), sino que eran arpías con cabeza de mujer y cuerpo de ave (como se ve en la primera fotografía).

Ulises ya estaba prevenido y decidió pedirle a sus compañeros que, antes de llegar, le atasen con unas cuerdas muy fuertes al mástil del barco, porque Ulises sentía curiosidad por conocer aquellos populares cánticos. También les pidió que se taponasen los oídos con miga de pan y con telas para no oír a las sirenas, y que remasen lo más rápido posible en aquel tramo.
En efecto, cuando llegaron a las aguas cercanas a la isla, Ulises oyó aquel bello canto que le hechizó y comenzó a pedir a gritos que le soltasen. Los cantos de las sirenas eran abalanzas a Ulises y relatos de sus hazañas. Finalmente, consiguieron no hacerles caso y remando muy rápido, escaparon sanos y salvos.



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