sábado, 2 de mayo de 2009

Ulises y las Sirenas

Ulises y las Sirenas es una de las muchas aventuras que Homero nos cuenta en su obra: La Odisea.
La historia comienza cuando Ulises, después de haber luchado en la guerra de Troya, que había durado muchos años, volvía con su esposa Penélope y con su hijo, Telémaco. Viajaba en un barco con sus compañeros, que le ayudaban en su travesía. Resultó que Troya, la ciudad a la que habían derrotado, estaba protegida por Poseidón, dios del mar, que les hizo el viaje difícil y peligroso, mandándoles tormentas y monstruos.



Una de las islas por la que tendrían que pasar era la Isla de las Sirenas, una isla rodeada de barcos en ruinas y cadáveres...En aquella isla vivían unas Sirenas que, con sus cantos, hechizaban a los marineros que pasaban con sus barcos para llevarlos a su isla y matarlos. Las sirenas mitológicas de la antigua Grecia no eran consideradas como ahora ( de cintura para arriba mujer y de cintura para abajo, pez), sino que eran arpías con cabeza de mujer y cuerpo de ave (como se ve en la primera fotografía).

Ulises ya estaba prevenido y decidió pedirle a sus compañeros que, antes de llegar, le atasen con unas cuerdas muy fuertes al mástil del barco, porque Ulises sentía curiosidad por conocer aquellos populares cánticos. También les pidió que se taponasen los oídos con miga de pan y con telas para no oír a las sirenas, y que remasen lo más rápido posible en aquel tramo.
En efecto, cuando llegaron a las aguas cercanas a la isla, Ulises oyó aquel bello canto que le hechizó y comenzó a pedir a gritos que le soltasen. Los cantos de las sirenas eran abalanzas a Ulises y relatos de sus hazañas. Finalmente, consiguieron no hacerles caso y remando muy rápido, escaparon sanos y salvos.



Salida a los pinares de Rodeno

Día 29 de Abril. El instituto se llena de jóvenes con cara de
sueño...exceptuando las clases de 1ªA, parte de 1º B y 1ºE, nuestra clase, que vienen con la cara bien despejada, con ganas de pasarlo bien y aprender.
A las ocho llega puntual nuestro autobús, que nos llevará al centro de interpretación de los pinares de Rodeno, en Albarracín.
El viaje empezó bien, con caras de todo tipo (había quien se dormía, quien jugueteaba con el móvil o, simplemente, hacía el tonto), pero el final del viaje, la cosa se complicó un poco...bueno, no quiero entrar en detalles. Simplemente os diré, que hubo muchas muchas curvas.
Cuando llegamos a nuestro destino, nos dividimos en dos grupos. En el grupo en el que yo estaba hicimos una actividad que consistía en describir, con 7 palabras, el lugar donde estábamos. Dentro de nuestro grupo, hicimos cuatro o cinco grupitos más pequeños, de cinco personas. En mi grupo, la frase fue esta: " Sierra Albarracín, paisaje protegido: fauna, vegetación, prehistoria."...Sé lo que estaréis pensando...muy esquemática...pero es que no podíamos malgastar palabras en conjunciones o preposiciones...se entiende, ¿no?

Cuando terminamos de realizar la actividad, cogimos otra vez el autobús, que nos llevó al paisaje protegido de los pinares de Rodeno, en la sierra de Albarracín ( Sistema Ibérico).

Cuando llegamos, el mismo guía, José, nos contó que la roca que estábamos viendo, y que da nombre a esa zona, es el rodeno. Es una roca formada por cuatro minerales: arena, hierro, cuarzo y arcilla. Esta piedra es rojiza porque el hierro que la forma se oxida y por la arcilla. Estas piedras presentan desgastes ocasionados por el viento, el agua, los líquenes y los hongos. Estos desgastes pueden desarrollarse de distintas formas: Alveolos ( pequeños agujeros redondos), tafonis (más grandes y en forma ovalada horizontal) y gnamos (se producen en el suelo y son como cavidades).
Además de vegetación y fauna encontramos restos de pintura rupestre prehistórica. Vimos dos pinturas: una con toros y otra con una especie de angelotes. Se ha sabido que nuestros artistas prehistóricos eran depredadores y nómadas, se refugiaban en abrigos o cabañas "desmontables".
Los abrigos solían estar en zonas altas y no se orientaban al norte, se orientaban al sur, sureste...
En el arte rupestre de esta época se pintaban toros, caballos, símbolos, plantas, seres humanos...y se usaban colores rojos, ocresy negros. En esta zona, utilizaban la pintura color blanco. Las pinturas las hacían con pigmentos de minerales, plantas, sangre...

Después de tanto recorrido y de ver unas vistas preciosas, necesitamos descansar. Esperamos al segundo grupo en un parque y, cuando llegaron, nos fuimos directamente a Albarracín.
En Albarracín comimos, descansamos...incluso Aitana, Laura, Antonio, Pablo, Carlos y yo conocimos a unos canadienses y nos hicimos una foto con uno de ellos. Albarracín es un pueblo precioso y la muralla es impresionante. El canadiense dijo que era "fantastica e increible".
Después cogimos de nuevo el autobús, que nos llevó de vuelta a Zaragoza. Fue un día agotador y muy divertido.